Los historiadores no saben si fue viruela o sarampión lo que desencadenó aquella mortandad, pero un equipo de arqueólogos italianos han descubierto algunas de sus víctimas en el complejo funerario de Harwa y Akhimenru, en Luxor. Se trata de cuerpos cubiertos de cal, utilizada tradicionalmente como desinfectante, y los hornos donde se fabricaba.
También había restos de una hoguera y cadáveres incinerados. Los fragmentos de cerámica han permitido datar la escena en la segunda mitad del siglo III. Es decir, la época de la peste de Cipriano, la cual, según los expertos, aceleró decisivamente la caída imperio Romano.
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